- lipsclementine
Reseña feminista: Seda, Alessandro Baricco
Actualizado: 22 feb
No había oído hablar de Seda de Alessandro Baricco hasta esta cuarentena, pero a partir de entonces parecía aparecer en todas las recopilaciones de literatura erótica que veía. Me dio curiosidad por saber cómo era para que este libro estuviese tan presente en la erótica sin que yo supiese de él anteriormente. Es cierto que mis consultas anteriores habían sido en inglés, así que probablemente un libro italiano no iba a poder competir en listas EE.UU.-centristas, pero aun así me parecía extraño. Así que me puse a ello.
Seda es un libro que creo que merece la pena leer (lo tenéis gratis en eBiblio) porque tiene un estilo muy peculiar y precioso. Es bastante poético, tiene muchas menciones a partes anteriores del libro, lo que da una sensación de redondez, de recogimiento, que te hace conectar más con la historia. Sin embargo, a mí personalmente la parte explícita (hay dos eventos eróticos en toda la novela, que igualmente es muy corta) me dejó bastante indiferente, aunque va en la línea de lo bonito de la narración en sí.

Pero si analizamos esa misma parte desde la perspectiva feminista, se nos cae un poco todo. Me explico. En principio podríamos pensar que no es un libro especialmente machista (también hay que tener en cuenta que está ambientado en 1860 así que no podemos esperar el feminismo que buscaríamos ahora): parece que el objetivo del protagonista es liberar a una mujer que está secuestrada en Japón, aunque yo tengo mis dudas de que hubiese liberado a una mujer que no era interesante sexualmente para él. Y tengo mis dudas también de que realmente quisiera liberarla y no simplemente acostarse con ella y luego marcharse. Pero si ajustamos un poco más la lupa vemos varias cosas que nos deberían hacer saltar las alarmas:
Las mujeres de la historia son completamente pasivas, esperan a sus decisiones, a que él las salve o las elija a ellas.
El protagonista es un hombre adúltero que no es honesto con su mujer, por mucho que parezca que la quiere.
Las mujeres no compiten directamente entre sí (cómo iban a hacerlo si viven a miles de kilómetros de distancia), pero sí hay cierta competitividad por parte de la esposa del protagonista.
La aldea de la esclava sexual es arrasada por culpa de él y de su deseo de acostarse con ella. O sea, el deseo hace que ella pague con su aldea, su estabilidad. Lo que él se juega es nimio en comparación.
Se confunden amor y deseo.
Las mujeres son absolutamente serviciales en lo que tiene que ver con el sexo.

Por lo tanto, aunque es una novela que merece la pena leer para disfrutar del estilo de escritura, y no es una novela que haga apología de la violencia contra las mujeres, o que defienda tan fehacientemente como otras la sumisión y la pasividad de las mismas, esos estereotipos siguen ahí. Y eso es, quizá, más peligroso, porque se nos cuela más fácilmente esta estructura social en nuestro subconsciente.