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Análisis feminista de la sexualidad en Élite

Cualquier persona que haya visto Élite tendrá claro que la sexualidad es lo que conduce la trama de la serie. Jóvenes casi sin ropa cada dos por tres, frecuentes escenas explícitas, dramones sobre quién quiere a quién y cómo... La trama "real" (la de los asesinatos recurrentes en un instituto privado) queda en un segundo plano frente al eye candy que la serie ofrece.


Protagonistas de la primera temporada de Élite. De izquierda a derecha: Ander, Nano, Lu, Marina, Guzmán, Samuel, Nadia, Omar
Protagonistas de la primera temporada de Élite. De izquierda a derecha: Ander, Nano, Lu, Marina, Guzmán, Samuel, Nadia, Omar

No quiero decir con esto que la serie sea menos interesante por enfocarse en un tema -el sexo y las relaciones- que habitualmente asociamos a cine de peor calidad o "femenino" (un ejemplo claro son las romcom; cómo se han relacionado ambas categorías -femenino y de baja calidad- daría para varios posts independientes). De hecho, los dilemas que plantea Élite en torno a la sexualidad son importantes y están muy de actualidad. En algunas temporadas el enfoque en la sexualidad se traduce, por ejemplo, en cómo los personajes gestionan los celos; en otras nos centramos en el poliamor, la prostitución o, incluso, la violación. Todos estos temas están en boca de mucha gente hoy en día, y Élite además los acerca al público joven. La pregunta es, ¿venimos por el sexo y nos quedamos por las reflexiones? Vamos a verlo.


Análisis de la sexualidad en Élite, ¿feminista o no?


Se nota que en Élite estaban intentando dar pasos hacia una serie feminista y más inclusiva. Aparecen relaciones lésbicas, mujeres de diversos orígenes y clases sociales, e incluso creo que a veces la sororidad, tan infrecuente en la vida real, hace apariciones estelares en la serie. Sin embargo, al igual que con la estética, abordada en la entrada anterior del blog, se queda corta en muchos otros aspectos, incluyendo a grandes rasgos la sexualidad.


No es de extrañar que a día de hoy haya una lucha entre el avance y las ideas de siempre en el contenido cultural. Estamos en momento de intensa transición de una sexualidad asquerosamente patriarcal a una algo más libre para las mujeres y sexualidades disidentes. Precisamente por la transición en la que nos encontramos, hay muchos mensajes contradictorios por todas partes. Se confunde la libertad real con tener simplemente un abanico mayor de opciones, no todas mejores. Se lanza el mensaje de que la sexualidad feminista es una copia de la sexualidad masculina ejercida por igual por hombres y mujeres.



Las hermanas Blanco. De izquierda a derecha: Patrick, Mencía, Ari
Las hermanas Blanco. De izquierda a derecha: Patrick, Mencía, Ari

Pero, por ejemplo, yo no creo que tener más parejas sexuales sea necesariamente liberador, ni para hombres ni para mujeres. Si realmente esa es la sexualidad que te hace conectar mejor contigo, entonces genial. Pero acumular cuerpos no suele ser una manera efectiva de construir vínculos ni llenarse. Es, de hecho, un mito en la idea de masculinidad patriarcal que sirve para deshumanizar a las mujeres. Que nosotras tomemos el relevo y comencemos a deshumanizar a los hombres también no es positivo, ni para el individuo, ni para construir una sociedad más empática y conectada. Si realmente queremos un mundo más humano (y el feminismo es por lo que lucha, por la humanidad de las mujeres) deberíamos buscar una sexualidad más basada en el cuidado y el placer y menos en las apariencias y el consumo.


Élite cae en estos clichés consumistas y neoliberales, pero también propone ideas arriesgadas o rompedoras para su público. Por ejemplo, prácticamente todas las relaciones que surgen durante la serie siguen basadas en mentiras o engaños, como es habitual en las relaciones tradicionales. Mencía le oculta a Rebeka que se ha hecho prostituta, Ari mantiene sus dudas acerca de Guzmán en secreto y luego le engaña, Ander tontea con Patrick a las espaldas de Omar. Los hombres, celosos, suelen ser representados más como víctimas de una situación que está fuera de su control que como perpetradores de engaños y violencias (salvo que estén en una relación homosexual), una tergiversación de la realidad que ha dañado bastante la imagen de las mujeres.


Sin embargo, hay ciertos puntos en los que la serie presenta un lado más moderno. Por ejemplo, Guzmán (un joven bastante conservador), sale con Nadia, una joven musulmana, y le tiene mucho respeto. Su ruptura, debida más a la distancia que a falta de cariño, es amigable. Guzmán se propone mejorar y pide consejo a su amigo Ander (que no es el mejor ejemplo), aunque luego continúa siendo un hombre celoso. Por otro lado, las mujeres están representadas con su propio deseo: tienen sexo cuándo, cómo y con quién quieren. Hasta cierto punto incluso adoptan una sexualidad tradicionalmente más masculina, haciendo exactamente lo que quieren sin considerar el daño a otras personas.


Además, aunque las mujeres no parecen tener amistades tan profundas entre sí como las que tienen los hombres, sí que son sororas. Frente a varios casos de abusos sexuales y uno de violencia de género, las mujeres toman el lado de la víctima a pesar del poder de uno de los abusadores, y la enemistad inicial con otra de las víctimas. Si bien esto es cada vez más normal en creaciones y entornos feministas, en la realidad "general" sigue siendo infrecuente. Que una serie tan vista como Élite represente el abuso y las violaciones de manera tan claramente crítica puede hacer que muchos y muchas reflexionen sobre cómo se comportan en estos casos. La narrativa que construye Élite al respecto es especialmente potente porque comienza con una posición completamente opuesta a la de creer a la víctima, es decir, con la posición tradicional o habitual. Élite no solo condena los abusos sexuales de manera explícita, sino que muestra el camino de reflexión que se puede hacer siendo hombre o mujer para dejar de castigar a las propias víctimas por la violencia sufrida y poder cargar la culpa sobre quien la tiene: los agresores y sus cómplices.


Sexo, drogas y rock n'roll


A pesar del enfoque moderno que pueda tener Élite en su tratamiento de los abusos, las relaciones abiertas, y el deseo femenino, la sexualidad representada en la serie rara vez es una sexualidad "sana". Por supuesto, hay debate en torno a lo que es o deja de ser una sexualidad sana. Sin embargo, creo que la mayoría estaremos de acuerdo en que drogas, alcohol y sexo no suena como la receta ideal.


Quien haya visto Élite sabrá que las fiestas son, como poco, frecuentes. Es la excusa perfecta para descontrolarse, y también para vestirse de gala en lugar de con el aburrido uniforme de instituto. Las fiestas son necesarias en Élite para poder hipersexualizar a los personajes y dar la imagen de libertad y "libertinaje". Las fiestas son probablemente lo que más engancha a la gente por la exhibición de riqueza y diversión que hacen. ¿A quién no le gustaría vivir algo así?


Captura de una fiesta en Élite, todos de rosa
Captura de una fiesta en Élite

Sin embargo, esa unión de alcohol en exceso y drogas con diversión y lujo puede generar una relación muy tóxica para público de la serie. La sexualidad vivida en un estado alterado de consciencia puede ser divertida para ciertas personas si se hace en un entorno seguro (o sea, con conocidos en los que se confíe plenamente) y aun así no hay garantías de nada. Sin embargo, las drogas en el caso de Élite desembocan en situaciones que causan daño, emocional y físico, a las personas del entorno. Más que proporcionar un presunto mayor placer físico, sirven para olvidar las inhibiciones y para que los personajes hagan lo que querían pero no se permitían hacer estando sobrios, con las consecuencias dolorosas para sus parejas u otra gente de su alrededor.


La homosexualidad en Élite


La homosexualidad en Élite es otro de los puntos en los que la serie ha avanzado respecto a series anteriores. Por ejemplo, Élite es una de las pocas series mainstream en la que se pueden ver escenas de sexo homosexual igual de explícitas y frecuentes que las de sexo heterosexual. No hay solo un personaje relevante gay, sino que abundan y se relacionan con "normalidad" (las relaciones de la serie en realidad no son normales casi ninguna) con otros personajes heterosexuales. Es decir, no existe el bullying por ser homosexual, ni es la sexualidad razón para dar a la gente de lado. Teniendo en cuenta que venimos de un cine para el que se acuñó el término "el síndrome de la lesbiana muerta", es un avance.


Patrick e Iván de Élite en la piscina de este último
Patrick e Iván en la piscina de este último

Sin embargo, no está todo conseguido en Élite tampoco. Si bien es cierto que hay una pareja lésbica estable en la serie (Rebeka y Mencía), esta surge más bien tarde en la serie, mientras que la pareja gay (Ander y Omar) está desde el inicio, y cuando esta se deshace surge otra para sustituirla (Patrick e Iván). Además, las mujeres de esta pareja lésbica no son lesbianas, sino que las dos son bisexuales, mientras que los personajes gays abundan. Es decir, no hay ninguna lesbiana en Élite, mientras que hay al menos tres personajes principales gays, además de algunos hombres bisexuales. Las lesbianas siempre han sido más invisibles que los hombres homosexuales, y esto seguirá siendo así mientras la misoginia siga existiendo, tanto fuera como dentro del movimiento LGBT y sus aliados.


Por otro lado, Rebeka y Mencía desafían hasta cierto punto la estereotipada pareja lésbica de la ficción, casi siempre compuesta por una mujer butch y una mujer femme, es decir, una mujer masculina y otra femenina. Parece que el público general no puede entender una relación en la que entre las dos personas no creen o simulen la pareja heterosexual tradicional, a pesar de que en la realidad son frecuentes las parejas formadas por dos butch o dos femmes (y esta categorización de butch y femme, como os podréis imaginar, se queda corta para describir la variedad de mujeres lesbianas). Sin embargo, la pareja lésbica de Élite se aleja algo de este arquetipo y presenta a dos mujeres femmes juntas. Mi hipótesis es que no lo hacen por justicia social, sino porque una mujer butch desafía los estándares de belleza femeninos y por lo tanto contradecería el hilo conductor estético de la serie. Digamos que causaría problemas a la hora de mantener el "nivel de atractivo" de la serie, porque por muy guapa que fuera, no encarnaría la representación de la feminidad que se considera atractiva desde la mentalidad heterosexual o conforme al género. Sería incómoda porque señalaría para muchos y muchas en qué se basa su atracción.


Puede ser que esta entrada haya quedado algo confusa, porque no hay una respuesta tajante a si Élite representa un avance o no. Desde mi punto de vista perpetua actitudes y pensamientos demasiado arcaicos como para decir que sea feminista (aunque no creo que nadie haya pensado que Élite es feminista), pero me parece demasiado simple el descartarla como una serie machista más, porque tiene muchas cosas que pueden rescatarse y servir para educar al público en feminismo. Y precisamente por no ser una serie que se anuncia como feminista, llega a un público más amplio, a un público que precisamente necesita informarse sobre estos temas. Por lo tanto, Élite para mí es un semi-mal necesario que, ojalá, ayudará a rebajar la misoginia de los adolescentes en ciertos puntos. Estamos en un momento de transición, y como tal cada granito de arena que se aporte, aunque sea algo disfuncional, debe ser apreciado.



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