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Reseña feminista: Todo lo que somos tú, tú y yo, Devermut. Poliamor lésbico
Actualizado: 22 feb
En este post ya os adelanto que no me voy a meter a comentar ninguna de las controversias alrededor de las Devermut (Marta Cillán y Sara Giménez). No es el objetivo de este blog malmeter, hipotetizar ni cancelar a ninguna mujer, simplemente se trata de coger su obra y analizarla como historia erótica y como historia feminista.
Por eso, hoy solo hablaré de su segundo libro, Todo lo que somos tú, tú y yo.
Trama de Todo lo que somos tú, tú y yo
Era Ana de Miguel la que predecía en su libro Neoliberalismo sexual que llegarían una ristra de relatos de poliamor, al igual que habían llegado multitud de historias sobre BDSM. Todo lo que somos tú, tú y yo refuerza esta idea, ya que el poliamor ha llegado incluso al mundo lésbico, un sector de la población sobre el que se dice que es acérrimamente monógamo, aunque de manera serial.

Todo lo que somos tú, tú y yo trata del lío amoroso y sexual de Gala, Olivia y Stella. Gala y Olivia son pareja desde hace años antes del punto de inicio del libro, pero se cruzan con Stella y su mundo se vuelve patas arriba. Pasan de hacerlo todo juntas y ser absolutamente inseparables a abrir la relación para incluir a Stella, con todos los dilemas y problemas que eso le plantea a dos personas que siempre han sido monógamas.
Sin embargo, Stella es una mujer extremadamente independiente, y no se siente del todo incluida en la tríada puesto que las dinámicas de pareja de Olivia y Gala están muy enraizadas. Así que, en lugar de parecer completamente comprometida con la relación de poliamor (o relación abierta, al principio), sigue yendo un poco a su aire. La necesidad de compromiso por parte de Gala y Olivia choca contra la sensación de inferioridad y la necesidad de encontrar una pareja en igualdad de condiciones de Stella.
Cuando llega el virus (el COVID), es hora de que Stella se vuelva a EE.UU., de donde es originalmente. Las tres se separan: Stella se marcha de España, y Gala y Olivia se quedan, y la relación se rompe. Pero Stella no puede olvidarse de ellas, y finalmente, a pesar del virus, vuelve a España a reencontrarse con la pareja, con sus deseos e intenciones algo más claras. Finalmente, acaban las tres juntas, con reglas bien establecidas sobre qué espera cada una de esa relación que ya sí, es una relación de poliamor.
Reseña (feminista) de Todo lo que somos tú, tú y yo
Voy al grano: el libro me ha gustado. Se lee muy fácil, es ligero y rápido. Si estás buscando una novela de romance o erótica, especialmente una lésbica, te recomendaría que te compres el libro.
Además de ser puramente entretenido (aunque no es un libro que te va a cambiar la vida), es un libro que es considerablemente más feminista que la mayoría o todos de los libros eróticos que he leído anteriormente. No es perfecto (¿hay algún libro o alguna mujer que sea la feminista perfecta? ¿Y exigir que alguien lo sea no es misoginia en sí misma?), claro, pero no es peligroso, como sí lo son por ejemplo 50 sombras de Grey, Zorras o cualquiera de los clásicos del erotismo.
Aquí van unos ejemplos de por qué el libro no es perfecto, pero no es peligroso:
Hay celos, sí, pero no se romantizan ni erotizan. Se señalan y afrontan como algo molesto o como algo que está ahí pero no es deseable.
Las tres mujeres de la tríada no saben hablar de sus problemas. Hay varias escenas en las que empiezan una conversación seria sobre los problemas derivados de ser una relación abierta o poliamorosa y sobre el desequilibrio en la relación, pero en lugar de ponerse unas en el lugar de las otras, se empiezan a enfadar. De hecho acaban enfadadas, pero un beso o una mirada les hacen olvidar por qué se estaban peleando y se van a casa a tener sexo como si nada. Esto es problemático a la hora de tener una relación en la realidad, claro, y si fuese una relación heterosexual me haría saltar todas las alarmas, porque de entrada a un desequilibrio de poder grande. Ese desequilibrio de poder tendría otras consecuencias que harían que en definitiva los problemas se solucionaran porque la mujer cede y el hombre no, pero al ser las tres mujeres, esos problemas simplemente se estancan. Eventualmente, consiguen romper el ciclo y hablar más seriamente de la relación.
Gala y Olivia lo hacen todo juntas. Si eso no es una relación de co-dependencia, que baje Afrodita y lo vea. No es terrible porque no hay dinámicas de control severas, pero muy sano para las dos mujeres no era tampoco.
Voy al grano: el libro me ha gustado. Se lee muy fácil, es ligero y rápido. Si estás buscando una novela de romance o erótica, especialmente una lésbica, te recomendaría que te compres el libro.
Las tres se obsesionan las unas con las otras. ¿Es esto saludable? No. Pero no acaban agrediéndose ni haciéndose de menos las unas a las otras para erosionar su autoestima y lograr controlarse mutuamente y así quedarse más tranquilas. Es decir, su falta de autoestima o su inseguridad se manifiesta en esa obsesión, pero aunque no es lo más sano del mundo, esto no repercute seriamente sobre las otras, sino solo sobre sí mismas.

Este último punto es absolutamente personal, y no es una valoración de la calidad del libro ni de si es una representación sana o no de las relaciones, pero... me daba la sensación de que Gala y Olivia son Sara Giménez y Marta Cillán, las autoras, y eso me ha dado un poco de cosita porque no soy muy de meterme en la vida de la gente. Pero bueno, es solo mi impresión.
En definitiva, hay detalles que alzan unas pequeñas red flags en la novela, pero no molestan demasiado, y creo que viendo el panorama actual podemos estar agradecidas de que exista un libro como Todo lo que somos tú, tú y yo en lugar de otro más de la saga de Christian Grey.